Hoy no me veo con corazón de publicar ningún trabajo... No me veo con ánimos de desearos un feliz lunes.... Hoy necesito desahogarme por última vez en esta semana... pero, en esta ocasión, no para reivindicar un derecho esencial, como es el de vivir, si no para despedir, por última vez en el día de hoy, a Cristina.... El jueves pasado, el entorno más cercano, y también el más distanciado, de Cristina, vivimos uno de los momentos más tristes, crueles e incomprensibles de nuestras vidas, al conocer la noticia de que a Cristina la habían asesinado....
Eso me comunicaban a través del teléfono... una llamada que jamás habría querrido recibir.... A Cristina, su expareja, un mosso de escuadra que estaba de baja por depresión desde hacía un mes, la había disparado con su arma reglamentaria... ante su hija y su sobrina, que encerradas en el balcón, se percataron de todo y aterrorizadas gritaron auxilio llorando desconsoladas, para que algún vecino las escuchara. Y así fue, los vecinos de la céntrica calle Joan Maragall en Sant Feliu de Llobregat, llamaron tan pronto como pudieron a la policía, pero de nada sirvió porque a Cristina, ya nos la habían arrebatado... Hoy, días después, seguimos llorando esta injusticia, por Cristina y por Irene, su hija, que con 7 años se quedó sin su mamá... Esta mañana todos los que la conocimos, nos hemos reunido para darle el último adiós... su familia, destrozada, sus amigos, desolados, sus compañeras de colegio, rotas de tristeza..... Porque recuerdo a Cristina como una chica muy buena, muy educada, siempre risueña y divertida... Y los que la trataban de cerca dicen de ella que era vital, enérgica, adorable, una madre corage y una trabajadora empedernida... Cristina, allá donde estés, recibe mi más cálido abrazo y mi más sonoro beso, de tu compañera de clase, Soraya. Por siempre en mi corazón. Descansa en paz.
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Abril 2021
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